LOS OLVIDADOS
A Moria llegan a diario refugiados de todas las nacionalidades: sirios, afganos, iraquíes, yemeníes, pakistaníes… pero la mayoría están de tránsito: un día o dos hasta que consiguen los papeles y pueden continuar camino hacia Europa cogiendo el ferry. No es un camino fácil: les esperan heladas, noches a la intemperie a temperaturas bajo cero, kilómetros de camino a pie entre la nieve, fronteras cerradas con alambradas insalvables, hambre y enfermedades.
Sin embargo, hay personas que llevan en este lugar semanas: son aquellos a quienes se les han denegado los papeles y están atrapados; no pueden continuar viaje y tampoco retornar a sus países de origen. El pasado y el futuro parecen estar vedados para ellos. No tienen nada y oficialmente no existen. Son los más olvidados de entre los invisibles de la tierra.