One Happy Family

 

One Happy Family está en Mitilene. Es un centro gestionado por y para los refugiados. Cuenta con un pequeño habitáculo que hace las veces de cocina, una escuelita donde cada día sesenta niños continúan aprendiendo,  un espacio donde proyectan cine, columpios, café…  One Happy Family es un ejemplo a seguir en cuanto a integración, participación y sostenibilidad. Las profesoras son todas refugiadas, y hay varias voluntarias israelitas que ayudan en cuestiones pedagógicas. Los voluntarios de este proyecto, casi todos refugiados, se sienten felices de poder ayudar y utilizar su tiempo en algo bueno y productivo. Y tiempo, precisamente, es algo de lo que las personas refugiadas tienen mucho. Ojalá hubiera muchos proyectos como este, que devuelven la dignidad y generan sonrisas.