Cuando la vida depende del viento
El campo de refugiados de Moria, que ayer por la mañana se encontraba desierto, está lleno de nuevo. Las autoridades del campo y los voluntarios hacen lo que pueden, pero están desbordados. Ayer por la tarde las condiciones marítimas mejoraron, el viento cesó dejando un mar en calma, y desde entonces no han parado de llegar balsas procedentes de la costa turca.
noviembre 25, 2015/por photogeografias